La reapertura de la icónica catedral de Notre Dame fue aderezada con una dosis de espiritualidad africana gracias a la poderosa voz de Angelique Kidjo.
La cantante beninesa, reconocida mundialmente por su fusión de ritmos africanos y músicas del mundo, cautivó al público con una interpretación conmovedora de "Jerusalema".
Esta canción, originalmente compuesta en venda, un idioma sudafricano, transportó a los presentes a un viaje espiritual hacia Jerusalén, la ciudad celestial.
La letra está cargada de simbolismo religioso, habla de la conexión con Dios y la esperanza de un mundo mejor. La elección de este tema no fue casual, ya que su mensaje universal de fe y unidad resonó profundamente en un evento de tal magnitud.
La presentación de Kidjo se convirtió en uno de los momentos más destacados de la ceremonia de reapertura. Su voz, llena de pasión y emoción, vibró en los muros de la catedral, creando una atmósfera única que fusionó la historia de Francia con las raíces africanas de la artista.
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